Parte de una serie sobre parejas casadas que se conocieron a través de la Iglesia Católica o una de sus instituciones.
Desde su primera Comunión, Fredy Duran Lopez creía que si no se casara por la edad de 30 años, él consideraría una vocación religiosa. Si no conociera la mujer perfecta por el inicio de su cuarta década, él se prepararía para dar su vida completamente a la iglesia.
“Yo quería estar con alguien con quien pudiera crear una vida,” dijo él.
No era claro inmediatamente que Ana Martinez era aquella mujer — pero fue la iglesia que los juntó.
Al medio de los años 2010, Duran Lopez y Martinez salían con otras personas cuando empezaron un rol compartido de liderazgo en planificar eventos del ministerio juvenil en su parroquia, San Joseph de Cockeysville. A los dos les gustaba la creatividad del otro, y ellos hablaban y mensajeaban mucho sobre sus ideas para crear una comunidad más grande a través de su trabajo.
Ellos se llevaban así hasta que Martinez, una tarde entre su trabajo limpiando casas, dijo a Duran Lopez en un mensaje de texto que antes le gustaba a ella. Los dos pasaron la mayoría de la siguiente noche hablando y mensajeando por teléfono.
“Ha llegado la mujer de mis sueños, pensé,” dijo Duran Lopez.
“Vi cómo trabajaban juntos, y luego cuando me di cuenta de que estaban saliendo juntos, yo dije, ‘ah, si, tiene sentido,’” dijo Christopher Wesley, director del Ministerio Juvenil en San Joseph.
La pareja construyó su relación en una base fuerte de fe. Desde el inicio, visitaban el santuario en San Joseph para orar juntos y siguieron involucrados en el ministerio juvenil.
“Nos enamoramos de Dios primero,” dijo Martinez. “Yo creo que es por eso que funciona nuestro matrimonio.”
Durante el verano de 2018, la pareja fue a un retiro espiritual en el Instituto Fe y Vida en Chicago, una organización con enfoque en empoderar jóvenes líderes latinos Católicos. Cuando estaban rumbo de regreso a Baltimore, ya habían decidido casarse.
Ellos y sus tres hijos viven en una granja de caballos en Monkton en la cual trabaja Duran Lopez, bastante lejos de su país nativo, El Salvador.
Martinez emigró a los Estados Unidos desde San Miguel, un departamento oriental del país, a la edad de 10 años con su hermana mayor para reunificar con sus padres. Duran Lopez vino desde San Salvador, la ciudad capital, donde vive más de una tercera parte de la población nacional, en 2010 después de que su padre, quien vive en Texas, pidió para su residencia.
Los dos sueñan con poder visitar el pueblo nativo del otro para aprender más sobre cómo creció. Por el momento, están contentos de descubrir a través del otro las pequeñas diferencias culturales entre las partes occidental y oriental en su tierra nativa, como las variaciones en accento y en las pupusas.
Duran Lopez pidió una visa para su madre para que viniera a los Estados Unidos para la boda pero se negó. En la ausencia de otra persona para entregarlo a su cónyuge, le pidió a su hermano que le entregara.
“El me dijo, ‘Pero por que, si aun tenemos nuestro padre?’” dijo Duran Lopez. El estaba distanciado de su padre desde que se fue de El Salvador para los Estados Unidos — Duran Lopez tenía solo pocas memorias de conocer a su papá como niño.
Con la ayuda del consejo pastoral, Duran Lopez decidió perdonar a su padre por la ausencia en su vida. El invitó a su padre venir desde Texas para tomar un rol en la boda; aceptó sin duda.
El matrimonio de Martinez y Duran Lopez se celebró por el Padre John Martinez en San Joseph en Cockeysville el 1 de septiembre de 2019 — el día antes de que Duran Lopez cumplio los 30 años.
Conoce a una pareja Catolica que pudiera salir en la serie “Trata del Amor?” Envíe su informacion de contacto a mail@CatholicReview.org
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