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Líderes católicos llaman a la oración y la acción después de la ola de tiroteos durante el feriado del 4 de julio en EE.UU.

FILADELFIA (OSV News) — Líderes católicos de todo el país están pidiendo oración y acción después de que la violencia armada marcó el fin de semana largo del 4 de julio en varios estados.

Los tiroteos masivos tuvieron lugar en 18 estados más la capital de la nación desde el 30 de junio hasta las primeras horas de la mañana del 5 de julio, según Gun Violence Archive, una organización sin fines de lucro con sede en Washington, la cual define estos incidentes como tiroteos que incluyen a cuatro o más víctimas de balazos (heridas o asesinadas), sin incluir al perpetrador de la balacera.

Los atentados han dejado hasta ahora 25 muertos y 145 heridos. Se han registrado tiroteos masivos en Washington, DC, California, Florida, Illinois, Indiana, Kansas, Luisiana, Maryland, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Missouri, Nueva Jersey, Nueva York, Carolina del Norte, Ohio, Oklahoma, Pensilvania y Texas.

“Los obispos de EE.UU. se unen a otros en todo el país para ofrecer oraciones por el apoyo y sanación de las comunidades afectadas por estos tiroteos violentos”, dijo Chieko Noguchi, portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., a OSV News en un correo electrónico del 5 de julio.

Cinco personas murieron y varias resultaron heridas en Filadelfia la noche del 3 de julio, cuando se alega que la sospechosa Kimbrady Carriker irrumpió en el vecindario Kingsessing de la ciudad con un rifle semiautomático estilo AR. Un niño de 15 años estaba entre los asesinados; otros dos niños sufrieron heridas.

Cuatro murieron y seis resultaron heridos en una fiesta al aire libre el 4 de julio en Shreveport, Luisiana.

En Texas, tres personas murieron y ocho resultaron heridas el 3 de julio durante un festival anual en el vecindario Como de Fort Worth.

Una reunión en Baltimore fue atacada el 2 de julio, dejando dos adultos jóvenes muertos y 28 heridos, la mayoría de ellos adolescentes.

En Washington, D.C., nueve resultaron heridos cuando un evento festivo se prolongó hasta las primeras horas del 5 de julio. Más tarde esa mañana, el cuerpo de un joven fue encontrado en el campus de la Universidad Católica de América en un tiroteo fatal que la policía y funcionarios universitarios dijeron fue sin relación con la escuela.

Otras vidas fueron arrebatadas a causa de la violencia con armas de fuego pero no llegan a la definición de tiroteo masivo. Entre ellas, en Tampa, un niño de 7 años fue asesinado el 4 de julio en medio de una discusión sobre motos acuáticas, según la policía. El abuelo del niño resultó herido.

Luego del tiroteo en su ciudad, el arzobispo William E. Lori de Baltimore emitió un mensaje el 2 de julio implorando oración por las víctimas, los sobrevivientes y sus familias, así como acción.

“Señor, tráenos la independencia y la liberación del dominio absoluto de la violencia sobre nuestra cultura”, oró el arzobispo de Baltimore.

Al mismo tiempo, “también consideramos formas en las que podríamos ser llamados a actuar”, dijo el arzobispo. “Consideren cómo todos nosotros podemos apoyar los esfuerzos de los vecindarios y las comunidades que trabajan para poner fin a la violencia en nuestras calles”.

“Rezamos especialmente por aquellos que perdieron la vida, y también por aquellos que resultaron heridos y por sus familias y seres queridos”, dijo Noguchi. “La Iglesia Católica ha sido una voz consistente a favor de formas racionales y efectivas de regulación de armas peligrosas, y la USCCB continúa abogando por el fin de la violencia y por el respeto y la dignidad de todas las vidas”.

El testimonio de vida de la Iglesia en medio de los tiroteos es más crucial que nunca, dijo a OSV News el padre Eric J. Banecker, párroco de la parroquia St. Francis de Sales en Filadelfia.

El tiroteo en Filadelfia, que tuvo lugar en los límites de su parroquia, fue “un acto malvado, y debemos mirarlo directamente a los ojos por lo que es”, dijo el padre Banecker.

Sin descartar el papel de los desequilibrios mentales y emocionales, “no deberíamos psicologizar demasiado” las causas de la violencia armada, dijo. “Las malas acciones son malas acciones. Los seres humanos son agentes morales”.

En un mensaje de correo electrónico, el padre Banecker dijo a sus feligreses que estaba “convencido de que tenemos una responsabilidad única de responder espiritualmente a este terrible evento”, que era “un ejemplo más del desprecio por la dignidad de la vida humana que encuentra tantos ejemplos en nuestra cultura”.

Él pidió a los feligreses que se unan al rezo del Ángelus del mediodía del 5 de julio, “pidiendo al Señor, por intercesión de su Madre y la nuestra, que esté cerca de las víctimas y de los que lloran, que lleve la conversión del corazón al victimario y que haga en todos nosotros un renovado amor por Dios y respeto por la vida humana”.

En el correo electrónico, el padre Banecker también solicitó que los feligreses realicen un acto de penitencia, como abstenerse de comer carne, el 7 de julio con la misma intención.

“No podemos quedarnos sentados y ver cómo empujan a Dios cada vez más hacia los márgenes de nuestra sociedad y esperar una curación real de la atomización, el consumismo y la soledad de nuestra época”, escribió. “Una vida cristiana bien vivida puede traer consigo una renovación de nuestra sociedad. Pero depende de nosotros responder a la gracia del Espíritu Santo y vivir la vida abundante que Cristo desea para nosotros”.

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