Desde hace más de dos décadas, Mario Jerónimo ha servido comprometidamente a la comunidad parroquial de la iglesia Sagrado Corazón en Glyndon, Maryland, donde se ha desempeñado como líder juvenil, coordinador de consejo parroquial y catequista de RICA (Rito de Iniciación Cristiana para Adultos), entre otros ministerios.
Su trayectoria ha estado ligada a la formación en catequesis y ha enfocado muchos de sus esfuerzos en que los jóvenes de su comunidad participen activamente en las actividades de su iglesia y la Arquidiócesis de Baltimore.

“Cuando llegué en 2006 no había muchos ministerios y empecé como un integrante del grupo de jóvenes ‘Esperanza Latina’, así se llama el grupo. Allí estuve un par de años como miembro hasta que me nombraron coordinador del grupo por cuatro años”, relata Jerónimo, quien nació en Guatemala en 1986.
Posteriormente fue asignado como coordinador del comité hispano parroquial, donde sirvió alrededor de dos años. Y él se ha preparado a conciencia para servir a la misión evangelizadora de la arquidiócesis. Su trabajo con los jóvenes del Sagrado Corazón ha dado frutos y ha trascendido fronteras.
“En el comité yo siempre soñaba con enviar un grupo de jóvenes a una Jornada Mundial de la Juventud y lo pudimos hacer para la JMJ de Panamá (de 2019) donde enviamos una comitiva de diez jóvenes”, dice. “Desde 2011 tenía la ilusión de que algún joven de mi comunidad algún día fuera”, comenta Jerónimo, quien comparte que uno de aquellos jóvenes ahora es catequista de niños y otra joven sirve evangelizando en el grupo juvenil.
Jerónimo, quien desde hace seis años es catequista de RICA, alterna su trabajo como chef, con su servicio voluntario en la parroquia. En este sentido asegura que siente gran satisfacción al ver “el proceso de crecimiento de ellos en la madurez de su fe. Ellos toman bastante conciencia sobre lo que es la fe, lo que es la iglesia, lo que es una vida sacramental y lo que implica amar al prójimo. Ver eso reflejado en la vida de ellos da bastante esperanza”.
“Muchos de ellos dicen que cuando empezaron el proceso, no se imaginaban con qué se iban a encontrar y al ir conociendo la iglesia y conociendo a Cristo empiezan a cambiar en sus hogares”, asegura Jerónimo.
Gracias a su formación en catequesis en University of Dayton, donde obtuvo una certificación, Jerónimo llevó su impulso evangelizador a las redes sociales donde cada domingo comparte una reflexión del Evangelio.
Dicha iniciativa surgió de su esposa, Kelis Jorónimo, quien lo invitó a compartir con otros todo lo que estaba aprendiendo. “Me dijo que intentara hacer algo en redes sociales para llegar a aquellos que no van a la iglesia o gente que me conoce desde hace tiempo”, dice Jerónimo, al tiempo que explica la importancia de llevar los esfuerzos de evangelización al ciberespacio y hace referencia al Sínodo de la Nueva Evangelización, donde se dijo que el mundo digital es considerado como un “nuevo continente” donde, dice él, “hay mucha presencia y también mucha necesidad”.
Cada reflexión que él comparte en sus redes sociales es el fruto de un curso de evangelización digital que adelantó en la plataforma digital Catholic-Link y con las que busca hablar del amor desde el amor mismo de Dios, de cómo amar al prójimo y especialmente a los más necesitados es un llamado a todos como hermanos e hijos de una misma iglesia.
“Dios nos ama a todos y nos ama incondicionalmente”, dice Mario Jerónimo, quien apostó por brindar contenidos de valor que hablen de la fe y la doctrina con un propósito más grande que el de simplemente entretener.
Jerónimo es el vivo ejemplo de que con una sólida vocación de servicio y una preparación adecuada, los frutos del liderazgo se transforman en beneficios para su comunidad.
A lo largo de su trayectoria ha participado en el Programa Nacional de Liderazgo para Jóvenes y en el programa de formación para Pastoral de Adolescentes impartidas por el Instituto Fe y Vida. Así mismo asistió al Instituto Pastoral del Sureste (SEPI), donde completó su formación en “Pastoral de Jóvenes Adultos”. A lo anterior, se suman diversas capacitaciones que ha recibido en la arquidiócesis a lo largo de estos años, con las cuales ha venido consolidando su compromiso con el servicio y la evangelización en su comunidad.
Su compromiso lo llevó a recibir este año una medalla de honor por parte del Mons. William E. Lori, arzobispo de Baltimore, un reconocimiento gracias a su comprometida entrega al servicio y la evangelización.
Jerónimo dice que recibió este reconocimiento con “alegría al saber que se está haciendo algo esperanzador para mi comunidad”.
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