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Altibajos: el sacerdote de Glyndon aprieta el pedal de la recaudación de fondos el fin de semana del Día del Trabajo

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El sacerdote Brendan Fitzgerald, vicario parroquial de la iglesia Sagrado Corazón en Glyndon, ha recaudado más de $10,000 dólares para la evangelización en su comunidad a través de su participación en Shenandoah Mountain 100, una carrera de ciclismo de montaña, el 5 de septiembre (Kevin J. Parks/CR Staff)

El Padre Brendan Fitzgerald anticipa experimentar un gran dolor el próximo 5 de septiembre, pero no será nada comparado con el dolor físico que soportó el día de su ordenación sacerdotal, todo esto debido a su pasión por el ciclismo de largas distancias.

El Padre Fitzgerald, vicario parroquial del Sagrado Corazón en Glyndon, promueve su misión y evangelización por medio de la carrera ciclista Shenandoah Mountain 100, la cual tendrá lugar el 5 de septiembre. La carrera abarca numerosos altibajos a través del bosque nacional Washington National Forest en Virginia, que incluye 6 millas de elevación.

La parroquia en el noroeste del condado de Baltimore es la primera asignación al Padre Fitzgerald después de su ordenación sacerdotal. A pesar de que muchos no lo notaron, el sacerdote entró caminando con una férula en el brazo izquierdo a la Catedral de María Nuestra Reina, en Homeland, para el rito de su ordenación el 22 de agosto de 2021. Diez días antes, se sometió a una cirugía para sanar una fractura de clavícula que sufrió en una fuerte caída cuando pasaba por una cuenca a través del parque forestal del condado de Frederick en julio. 

“Me preocupaba que no me pudiese levantar después de postrarme en el suelo”, dijo el Padre Fitzgerald, refiriéndose a un momento crucial durante el rito de ordenación. “En esa caída (en bicicleta) perdí el conocimiento. Después de la cirugía, tenía una placa de titanio y ocho tornillos que me sujetaban.” 

“Todo el mundo habla sobre la resistencia en una carrera de larga distancia, pero en una como esta, se trata de concentrarse en las bajadas”.

El Padre Fitzgerald, de 37 años, fue uno de los alumnos destacados en los debates de Calvert Hall College High School en Towson; mientras asistía a la Universidad de Loyola en Maryland perfeccionó su práctica del golf a la vez que trabajaba en el negocio de mariscos; y aprendió a lidiar con la escasez de oxígeno mientras estudiaba español en Bogotá, Colombia, a más de una milla de altura.

No fue hasta cuando se incorporó al seminario de Mount St. Mary en Emmitsburg, ubicado en las montañas Blue Ridge, que adoptó el ciclismo seriamente. En los caminos campestres, el Padre Fitzgerald no busca la soledad, sino la comunidad.

El sacerdote Brendan Fitzgerald, vicario parroquial del Sagrado Corazón en Glyndon, es un ciclista de largas distancias cuyas aventuras lo han llevado a la cima de las montañas. (Cortesía del padre Brendan Fitzgerald)

“Es una forma de mantenerse en forma y establecer relaciones”, dijo. “Es otra forma de estar en el mundo con Dios. Una de las cosas fundamentales que aprendemos en el seminario es que constantemente nos encontramos con Dios a través del mundo que nos rodea ”.

Su introducción a las carreras de ciclismo fue un recorrido de 70 millas por las montañas Catoctin con su compañero seminarista Robert Renner, ahora Diácono de la Diócesis de Arlington, en Virginia. El Padre Gerard Francik, párroco del Sagrado Corazón, es otro de los miembros de la comunidad ciclista del Padre Fitzgerald y ha completado varias medias maratones como corredor de larga distancia.

“Admiro su entusiasmo, energía, resistencia física y voluntad de hacer esto, no solo por él sino por la parroquia”, dijo el Padre Francik. “Nuestro ministerio de jóvenes adultos se fortalecerá con este tremendo aporte de fondos a medida que abrimos nuestras instalaciones después del COVID-19”.

Como preparación para la carrera, el Padre Fitzgerald tomó unas vacaciones en la altitud de los estados de Colorado y Utah con su antiguo “equipo del seminario”.

Su recaudación de fondos del fin de semana del Día del Trabajo reunió a 100 patrocinadores, quienes contribuyeron con $100 cada uno por cada milla de la carrera Shenandoah Mountain 100. Los feligreses respondieron con entusiasmo, sobrepasando la meta de $10,000 para la “Misión y Evangelización”.

“Iba a hacer la carrera de cualquier modo”, dijo el Padre Fitzgerald. “Se ve gente recaudando fondos por alguna causa cuando corren maratones. No hay razón por la cual no pueda hacer lo mismo en mi bicicleta.” El sacerdote dijo que le asombraba escuchar a la gente decir, “Estoy patrocinando la milla 84.” Y agregó, “Ha sido una excelente manera en la que los feligreses y yo nos hemos ido conociendo mejor. Es un gran proyecto de trabajo en equipo”.

Envíe un correo electrónico a Paul McMullen a pmcmullen@CatholicReview.org

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