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Nueva póliza: Ya no es necesaria la contribución para casos de nulidad matrimonial en la Arquidiócesis de Baltimore

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El sacerdote dominico D. Reginald Whitt, a la izquierda, el P. Gilbert J. Seitz, vicario judicial y el reverendo Hamilton Okeke, defensor, se reúnen el 5 de agosto del 2021 en la Oficina del Tribunal de la Arquidiócesis de Baltimore. (Kevin J. Parks/CR Staff)

El Tribunal de la Arquidiócesis de Baltimore ya no requerirá más una contribución económica para el proceso de nulidad matrimonial.

El Arzobispo William E. Lori implementó este cambio de póliza, el cual tomó efecto el primero de julio. Esta decisión fue una respuesta a la petición del Papa Francisco en el 2015 para que el proceso de declaración de nulidad sea más rápido y menos costoso para quienes lo soliciten.

Con los documentos de reforma sobre proceso de nulidad, emitido por el Papa Francisco en el 2015 – especialmente “Mitis Iudex Dominus Iesus” (“El Señor Jesús, Juez Clemente”) para el rito latino – el objetivo principal del Papa fue reafirmar la indisolubilidad del matrimonio y ofrecer asistencia pastoral, misericordia y una mano de acogida a aquellas personas con uniones que eran defectuosas desde el principio.

El Padre Gilbert J. Seitz, vicario judicial de la arquidiócesis, dijo a la revista Catholic Review, “El Santo Padre insiste constantemente a los ministros de justicia de todo el mundo – tanto en Roma como en cualquier otra diócesis – en la necesidad de eliminar cualquier obstáculo que impida a la gente acercarse al tribunal eclesiástico y buscar una respuesta a su situación matrimonial.”

“Como consecuencia, el Arzobispo Lori pensó apropiado, especialmente en este año en el que celebramos el Año de la Eucaristía, que Baltimore tome la acción que el Santo Padre ha sugerido y remover este obstáculo”, dijo el Padre Seitz.

En el pasado, la arquidiócesis ha solicitado una contribución económica de no más de $550 dólares por caso, aunque no era obligatorio. “No era un cargo oficial; no era como que si los feligreses que no daban esa aportación económica no recibían una decisión final de nosotros”, dijo.

Si las personas querían hacer dicha contribución, el tribunal estaba feliz de aceptarla para costear la revisión y el proceso del caso.

Muchas personas creían que había un “costo” para la nulidad matrimonial, pero ese no era el caso.

“Si no podían ofrecer dicha contribución, bajo ninguna circunstancia se les negaría nuestro servicio o ministerio por falta de pago”, dijo el Padre Seitz. “Simplemente pedíamos a los feligreses una contribución si ellos podían. Si tenían la capacidad económica, entonces la aceptábamos con gusto, pero si su capacidad no se los permitía, entonces no pasaba nada”.

Como resultado de la nueva póliza, ya no hay ninguna contribución o compromiso financiero conectado al ministerio que el tribunal ofrece a quienes lo necesitan, añadió.

“La intención del arzobispo, igual que la del Santo Padre, es que cualquier obstáculo sea removido para que los individuos puedan acercarse a los tribunales cuando ellos lo necesiten, sin sentirse económicamente comprometidos”, dijo el Padre Seitz.

También dijo que dado a que el tribunal ha sido tan flexible en en el tema de la contribución, cuando las personas se acercan al tribunal para el proceso de nulidad matrimonial, no se sorprenden de que no se les pida una contribución, pero están “extremadamente agradecidas de que se les quite esa carga financiera, especialmente en medio de la pandemia y la incertidumbre de la economía. Creo que las personas están agradecidas de que esta es una carga de la cual ya no se tienen que preocupar”, dijo.

El sacerdote dominico D. Reginald Whitt, juez del tribunal, izquierda, evalúa un caso con el Padre Gilbert J. Seitz, vicario judicial, 5 de agosto del 2021 en la Oficina del Tribunal de la Arquidiócesis de Baltimore. (Kevin J. Parks/CR Staff)

El tribunal arquidiocesano procesa entre 150 y 180 casos matrimoniales por año usando el proceso formal. El Padre Seitz dijo que una de las reformas instituidas por el Papa Francisco en sus cartas del 2015 era que, para hacer el proceso “más fácil para la gente”, se debía eliminar “la necesidad de la revisión de una corte superior cuando la corte de menor rango ya tomó una decisión en favor de la invalidez del matrimonio”, eso es, otorgar la declaración de nulidad.

Solo esa decisión agilizó el proceso significativamente. Ya que el tribunal en la provincia de Baltimore – el cual incluye la mayor parte de Maryland y los estados de Delaware, Virginia y West Virginia – pasaba tiempo revisando casos de nulidad de otras diócesis, la menor carga de trabajo permite al Tribunal completar los casos más rápidamente.

“Ahora usualmente en la Arquidiócesis de Baltimore, como en otras diócesis de la provincia, es posible completar un caso en seis meses”, dijo el Padre Seitz.

También explicó  que resolver casos matrimoniales presentados ante el tribunal es, en esencia, una manera de ofrecer cuidado pastoral bajo la forma de un proceso con el Código de Derecho Canónico, la ley de la iglesia.

“Nuestro ministerio, más que nada, trata de facilitar que la gente tenga un encuentro con el Señor Jesús”, dijo el vicario judicial. “Tantas personas, a causa del dolor y las heridas del divorcio, se encuentran aisladas de sus familiares, tal vez hasta de los miembros de su propia familia, y de la iglesia”.

“Ellos vienen a nosotros afligidos y agobiados, y nuestra esperanza es que, al utilizar el proceso jurisdiccional que la Iglesia establece de una manera pastoral, podamos ayudar a facilitar algún tipo de sanación para estas personas, lo que les ayudará a reconocerse como miembros del Cuerpo de Cristo, heridos pero sanados, como personas que han encontrado a Cristo resucitado, heridos y sanados”, dijo.

“Es increíble lo que se puede lograr cuando se toman en cuenta esas heridas y esa perspectiva de sanación, y se las comparte con los demás”.

El Padre Seitz dijo que constantemente le recuerda a su personal que pueden seguir procedimientos legales con precisión y eficazmente, pero “si no lo hemos hecho de una manera en la que la gente tenga un contacto con Cristo resucitado, entonces no hemos cumplido con nuestro servicio a ellos como deberíamos”.

Dijo también que una de las tácticas que utiliza es revisar cuidadosamente la solicitud de una petición al empezar un caso, antes de iniciar el proceso formal.

Si la petición es débil o le falta algo, él no la acepta, muchas veces para motivar al ministro a que trabaje con el solicitante para llegar al fondo de las razones de la nulidad matrimonial. De esta manera, si la petición es aceptada y el proceso comienza, las preguntas del Tribunal pueden ser mejor elaboradas y respondidas para obtener la información que los jueces necesitan para tomar una decisión.

Sin este cuidado y atención, el caso podría acabar cerrado y con una decisión negativa. “Eso, para mí, solo aumentará el dolor que la gente ha experimentado ”, dijo el Padre Seitz.

 El proceso no es siempre fácil para los que lo atraviesan porque necesitan meditar y reconocer algunas cosas sobre su relación pasada que prefieren no admitir.

“Tenemos la esperanza de poder ayudar a estos feligreses a sentirse seguros y no juzgados”, dijo el Padre Seitz. “Y si hacemos esto correctamente, podemos ayudar a la gente a crecer y sanar. Esa es nuestra inquietud principal porque al final eso los dirige hacia la salvación”.

Agregó que, en algunos casos, el recibir la anulación permite a ciertas personas regresar a los sacramentos en su totalidad. Asimismo, enfatizó que es incorrecto que todos los católicos divorciados no puedan recibir la Eucaristía. Solo aquellos divorciados que se han vuelto a casar fuera de la iglesia no deben recibir la Eucaristía.

“Si crecemos y sanamos, podemos encontrarnos cerca del Señor Jesús y cuando estamos cerca del Señor Jesús, estamos mucho más cerca de nuestra salvación”, dijo.

El Padre Seitz dijo que espera que el hecho de que ya no se les pida una contribución económica a los feligreses por el proceso de nulidad facilite que la gente “haga una contribución económica, o una contribución de sus talentos en favor de otras necesidades de la arquidiócesis o de la Iglesia más amplia. Tal vez el dinero que vendría a nosotros irá al servicio de quienes no tienen techo o para asistir la causa de la justicia en la arquidiócesis”, dijo el Pade Seitz.  

“Tal vez por nuestro servicio a los feligreses, ellos puedan estar en posición de contribuir con su tiempo de una manera más generosa a la causa del Evangelio”.

Para empezar el proceso de nulidad, el Padre Seitz dijo que los feligreses pueden contactar su parroquia local o contactar directamente al Tribunal.

Para más información, visite www.archbalt.org/marriage-tribunal.

Mande un correo a Christopher Gunty a la dirección electrónica de editor@catholicreview.org.

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