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Programa de becas académicas Socios en Excelencia (PIE) celebra 25 años de brindar educación católica a niños en Baltimore

Riccy Amador, becaria del programa PIE y ex-alumna graduada de la Escuela Católica Arzobispo Borders y de la Escuela Secundaria Jesuita Cristo Rey en Baltimore, comparte su historia académica durante el desayuno de regreso a clases de PIE el 23 de septiembre de 2021 en la Escuela Católica Mother Mary Lange en la zona oeste de Baltimore. Amador se graduará de la Universidad Loyola Maryland en primavera. (Kevin J. Parks/Catholic Review)

Riccy Amador considera una bendición el haber sido becaria del programa de becas académicas Socios en Excelencia (“Partners in Excellence” o “PIE” por sus siglas en inglés) de la Arquidiócesis de Baltimore.

“Al crecer, muchas puertas se me cerraron porque no tenía la residencia”, dijo en su discurso durante el desayuno para la recaudación de fondos de PIE el 23 de septiembre en la escuela católica Mother Mary Lange en la zona oeste de Baltimore. “No fui candidata para muchas becas académicas porque no tenía la residencia permanente”.

Originaria de San Lorenzo, Honduras, Amador llegó a los Estados Unidos a los 6 años en 2006.

Amador recuerda las palabras de su madre, Blanca Delao, “Quiero que todos ustedes (hablando a sus hijos) sean mejores que yo”. El nivel de educación más alto de su madre fue el tercer grado de primaria y “vivió en las calles pidiendo comida”. Amador recuerda a su madre decir: “No quiero que mis hijos pasen por eso, quiero que tengan la educación que yo nunca pude tener”.

Amador, de 22 años de edad y feligresa de la parroquia Sagrado Corazón, fue becaria de PIE desde el jardín de niños hasta el octavo grado en la Escuela Católica Arzobispo Borders en Highlandtown. También asistió a la escuela secundaria jesuita Cristo Rey en el sureste de Baltimore. Actualmente cursa su último año de la carrera en sociología en la Universidad Loyola Maryland, ubicada al norte de Baltimore, y aspira a ser abogada de inmigración. Sus hermanos, Carlos Amador y Selvin Amador también fueron becarios de PIE. Carlos, de 27 años, obtuvo una licenciatura de la Universidad Loyola Maryland y un doctorado en farmacéuticos de la Universidad Notre Dame de Maryland. Selvin, de 26 años, obtuvo un título en ingeniería de la Universidad Loyola Maryland.

“La educación católica me enseñó a siempre tener esperanza y no dejar la escuela”, dijo Amador. “Viví con esa mentalidad; hay que seguir adelante con fe en que todas las cosas saldrán bien”.

Tim Tooten, reportero de educación de WBAL-TV 11, dirige como maestro de ceremonias el desayuno de regreso a clases del Departamento de Escuelas Católicas de la Arquidiócesis de Baltimore, el 23 de septiembre de 2021 en la Escuela Católica Mother Mary Lange en la zona oeste de Baltimore. (Kevin J. Parks / Personal de CR)

El programa de becas PIE ayudó a muchos otros estudiantes como Amador y hoy celebra su 25 aniversario. PIE empezó en 1996, cuando el Cardenal William H. Keeler reunió a varios filántropos de la comunidad interesados por Baltimore, los jóvenes y su futuro.

Durante el desayuno del 23 de septiembre, el Arzobispo William E. Lori reconoció a cinco empresas socias fundadoras y sus actuales representantes, quienes en conjunto han donado más de $6.7 millones de dólares a PIE durante los últimos 25 años. Entre ellos se encontraban Stacey Van Horn de T. Rowe Price Foundation; Laura Gamble de PNC Bank; Augie Chiasera, Anna Smith y Christine Chandler de M&T Bank; Chima Dike y Brandon Luzar de Constellation Energy; Timothy Regan, Irene Knott y Kellie Montgomery de Whiting-Turner Contracting Company.

PIE existe para “servir a niños y jóvenes con la mejor escuela posible en donde puedan crecer, desarrollarse y convertirse en aquellas personas que Dios siempre las destinó a ser”, dijo el Arzobispo Lori.

Gamble, presidenta regional de PNC en el área metropolitana de Maryland, dijo que su compañía continúa apoyando a PIE porque la “educación temprana de alta calidad” es crucial.

“Le da a un niño una mejor trayectoria en la vida”, dijo, “(Con) una educación infantil de buena calidad, llegará más lejos, tanto desde el punto de vista educativo como profesional”.

Se han otorgado más de $36 millones en costo de matrícula y casi 29,000 becas en los últimos 25 años.

El 70 por ciento de los fondos se destina a tres escuelas comunitarias: la Escuela Católica Arzobispo Borders, la Escuela Cardenal Shehan y la Escuela Católica Mother Mary Lange. La siguiente escuela en recibir la mayor asistencia económica es Escuela Secundaria Arzobispo Curley, la cual tiene un promedio de 50 becarios de PIE.

El Arzobispo William E. Lori agradece a los patrocinadores que asistieron al desayuno de regreso a clases de los Socios en Excelencia (PIE) el 23 de septiembre de 2021 en la Escuela Católica Mother Mary Lange en la zona oeste de Baltimore. (Kevin J. Parks / Personal de CR)

La beca promedio de PIE es de $2,000, $2,500 para las escuelas comunitarias y $2,200 para la Escuela Secundaria Arzobispo Curley.

Para el año académico 2021-22, PIE espera otorgar $1,325,000 en ayuda financiera, un equivalente de 600 a 700 becas.

Aunque él no asistió a escuelas católicas cuando era niño, el Obispo Auxiliar Adam J. Parker es un firme partidario de la educación católica ya que cree “en su potencial para transformar la ciudad de Baltimore”.

“Estoy preocupado”, dijo. “Mucha gente en nuestra comunidad necesita escuchar el mensaje del Evangelio, y ¿dónde están los mensajeros de la voz del Señor?”

“La educación católica es una forma sustancial en la que podemos evangelizar nuestra cultura”, dijo el Obispo Parker.

Matthew “Matt” Anthony, director de PIE quien ha trabajado en el programa por 18 años, dijo que la razón por la que existen las escuelas católicas es la misma razón por la que existe PIE.

Es decir, porque “cada niño ha sido querido y creado por Dios”, dijo, “y por lo tanto es merecedor de dignidad, respeto, amor y cuidado”.

Envíe un correo electrónico a Priscila González de Doran a pdoran@CatholicReview.org 

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