Viajes misioneros de las escuelas secundarias amplían horizontes August 28, 2024By Marietha Góngora V. Special to the Catholic Review Filed Under: En Español In English Estudiantes de dos escuelas católicas de la Archidiócesis de Baltimore vivieron recientemente una experiencia de fe en la que salieron de su zona de confort, conocieron otras realidades y apreciaron la alegría en medio de la necesidad. Fray Chris Dudek, sacerdote franciscano conventual y ministro del campus de Archbishop Curley School de Baltimore, acompañó a 10 estudiantes en un viaje misionero a República Dominicana del 10 al 17 de junio. Visitaron la Casa San Marcos, un centro de rehabilitación para niños discapacitados situado en San Pedro de Macorís, así como la Casa Santa Ana, una aldea construida y terminada en 2005 que atiende a los niños más vulnerables. El centro de rehabilitación pertenece a la organización no gubernamental Fondazione Francesca Rava – NPH (Nuestros Pequeños Hermanos), que está presente en varios países latinoamericanos y tiene una iniciativa llamada Viajes Misioneros Católicos, en la que jóvenes de distintos países visitan sus diferentes sedes para vivir una experiencia misionera. Los estudiantes de Mount St. Joseph visitaron Puerto Rico para una misión de verano. Desde la izquierda, el acompañante Mary Abdo, Kenny Andrews, Julian Caravagio, Harison Flowers, Parfait Ndalamba, JP Millar Jonah Hallisey, Nick Shaw, el coordinador de servicios Ryan Slattery, Miguel Blackwood, Luke McCaffery, Daniel Leak, Iain Anderson Andrew Cortina y el maestro Patrick Rogers (Cortesía de Mount St. Joseph) Los alumnos de Curley visitaron varios lugares donde la fundación alberga y educa a niños y, junto al personal de NPH, ayudaron en diversas tareas como la construcción de una casa y la asistencia en una granja, explicó el padre Dudek. Los estudiantes asistieron a misa diariamente y compartieron su fe. También tuvieron la oportunidad de jugar béisbol con un reclutador de la MLB (Major League Baseball). “Una de las reflexiones fue que todos los niños que estaban allí eran tan felices y tan alegres que creo que a veces podemos quedar atrapados en cosas que no son realmente importantes y perder esa alegría que realmente viene de las relaciones y de Dios”, dijo el padre Dudek. El sacerdote afirmó que el viaje era la primera experiencia internacional de este tipo en la que participaban alumnos de su colegio en los últimos 15 años. “Espero que podamos seguir ofreciendo esto a todos nuestros alumnos”, dijo. “Hay tantas oportunidades de encontrar a Jesús en los necesitados aquí mismo en Baltimore, aquí mismo, en nuestra escuela”. Cody Rice, de 16 años, participó en el viaje misionero, y creía que encontraría gente triste y deprimida, pero experimentando todo lo contrario. “Cuando llegamos allí -no sólo al orfanato, sino en la calle-, todos los niños corrían hacia nosotros e insistían que jugáramos con ellos. No son muy diferentes a nosotros. Te abre los ojos a todo lo que hay en la vida. Una experiencia así, especialmente para mí, fue muy humilde. Me ha enseñado lo mucho que tengo y lo mucho que a veces doy por sentado”. Braeden Mullen también formó parte del grupo. El estudiante dijo que la experiencia le ayudó a crecer en su fe católica. “Poder ayudar a los niños con necesidades especiales y hacer trabajos de construcción en su aldea fue muy bonito, y me encontré estableciendo lazos con ellos, aunque hubiera una barrera lingüística”, dijo. “Cuando ves que otras personas expresan su felicidad con tu ayuda, te hace sentir bien y te hace darte cuenta de que lo que estás haciendo lo puedes hacer todo el tiempo y no sólo en estos viajes de misión, sino en la vida cotidiana”. Ryan Slattery, coordinador de servicio y profesor de español en Mount St. Joseph High School en Irvington, acompañó a 12 estudiantes del 29 de junio al 5 de julio para servir a la comunidad de la Iglesia Metodista Carlos Wesley, ubicada en San Juan, Puerto Rico. Estudiantes del Arzobispo Curley en un lugar de trabajo misionero. (Cortesía del Arzobispo Curley) “Lo que me impresionó de los estudiantes es la forma en que hablaban de su fe y de cómo veían a Cristo en muchas de las personas con las que se encontraban, específicamente en los niños, y también apreciaban realmente lo mucho que habían crecido juntos como hermandad, lo mucho que habían crecido juntos como amigos, como compañeros de clase”, aseguró Slattery, señalando que el viaje fue coordinado a través de una ONG llamada Praying Pelican Missions. Los alumnos pasaban las mañanas estudiando la Biblia y las tardes ayudando en los terrenos de la parroquia. “Hicimos cosas como limpiar el santuario, limpiamos los terrenos exteriores, cortamos la hierba, quitamos la maleza”, dijo Slattery. “Fuimos a una estación de tren donde hay una comunidad empobrecida. Habíamos hecho sánduches antes y tuvimos la oportunidad de repartirlos a cualquiera que necesitara comida en la estación de tren y también pudimos hablar con ellos y rezar con ellos”. En su tiempo libre, los estudiantes también visitaron El Yunque, un bosque tropical nacional. Nicholas Shaw, de 17 años, formó parte del grupo de estudiantes de esta escuela. “Pude sentir que a través de las misas que tuvimos, especialmente en Puerto Rico, donde incorporaron música, bailes y cantos, realmente tuve una experiencia donde sentí a Dios parado justo frente a mí, guiándome, haciendo servicio, ayudando a mis hermanos”, dijo. Read More En Español El Salvador envía a juicio a un ex presidente y otros acusados por la masacre de jesuitas en 1989 El arzobispo Lori dice que la Iglesia seguirá sirviendo a los migrantes y escuchando a la gente Llevar el evangelio a los jóvenes desde la cotidianidad La devoción a María nos lleva a Jesús y a ayudar a los demás, dice el Papa Los obispos de EEUU oran en Baltimore por sabiduría ‘para ayudar a los que están confiados a nuestro cuidado’ Renovación Carismática Católica una fuente de gracia Print
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