Misioneros de la esperanza tras las huellas del Redentor: Poniendo en práctica la opción preferencial por los migrantes/inmigrantes December 5, 2024By Father Alipio Flores Special to the Catholic Review Filed Under: En Español Hace algunos años tuve la bendición de acompañar a adolescentes y jóvenes migrantes que llegaron en caravanas a la ciudad de San Antonio, Texas. En una ocasión, conocí a un adolescente que venía desde Ecuador con un familiar, pero en el trayecto de México a los Estados Unidos los coyotes lo secuestraron para pedir una suma de dinero a cambio. Recuerdo que me decía “mis padres deben estar muy preocupados, aunque tal vez ya me tienen por muerto”. La historia de José (nombre ficticio) me tocó el corazón. El Papa Francisco señala en su encíclica, Fratelli Tutti, “La existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro” (n. 66). Estos encuentros sagrados me ayudaron a redescubrir mi vocación como sacerdote redentorista y misionero de esperanza. Tal y como lo establecen las Constituciones y Estatutos de la Congregación del Santísimo Redentor, “Los redentoristas son apóstoles de fe robusta, de esperanza alegre, de ardiente caridad y celo encendido. No presumen de si y practican la oración constante” (n. 20). Los redentoristas llevamos el nombre de Jesucristo Redentor; por lo tanto, nuestra vida y todos nuestros esfuerzos giran en torno a la persona de Jesucristo. La tarea principal de los redentoristas es anunciar la Palabra de Dios, de acuerdo con el lema del escudo de nuestra orden: En Él hay abundante redención (Sal. 130,7-8). Los redentoristas anunciamos el Evangelio como un mensaje liberador de paz y de esperanza; como una alegre noticia, que presta confianza al hombre de hoy en sus problemas y dudas, en sus angustias y necesidades. Los redentoristas, de acuerdo con nuestra propia tradición podemos decir que la misión popular es nuestra principal actividad. De hecho, los pobres y más vulnerables son una de nuestras prioridades pastorales, por eso los redentoristas en los Estados Unidos hemos optado por trabajar por y con los migrantes/inmigrantes en casi todas nuestras parroquias. Nuestro fundador, San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), quería que los redentoristas predicáramos con un estilo muy sencillo. Decía frecuentemente “Prediquen de tal manera que todos los entiendan. El pan de la Palabra Divina debe ser repartido en pedacitos para que queden saciados hasta los más sencillos”. San Alfonso también solía decir que la atención a los más abandonados era la tarea propia de los redentoristas: “Tengamos, por tanto, en nuestros corazones un amor particularmente tierno hacia aquellos marginados, a los que nadie presta atención”. En efecto, la espiritualidad redentorista tiene una opción preferencial por los pobres, entre ellos los migrantes/inmigrantes. Así también lo afirma Rodrigue Théberge CSsR, en su artículo Preferencia por los más abandonados. Esta actitud preferencial por los pobres la esperaba Théberge de los miembros de su Instituto quienes debían de “revestirse de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia” (pág. 281). Consecuentemente, con estas afirmaciones precedentes, mi vocación como redentorista me obliga a estar atento a los sufrimientos, necesidades y esperanzas de los migrantes/inmigrantes. Los obispos católicos de los Estados Unidos hacen eco a estas realidades en Discípulos misioneros en salida con alegría: Plan Pastoral Nacional para el Ministerio Hispano/Latino (2023) señalando que: La pastoral hispana/latina da prioridad a los jóvenes, las familias, las mujeres y las personas en las periferias, incluidos los inmigrantes indocumentados, los DREAMers, las generaciones diversas, las familias con escasos recursos económicos o que sufren de innumerables formas, al igual que los profesionales entre nosotros, quienes a veces son olvidados frente a un mar de necesidades pastorales urgentes, siempre con un enfoque en la justicia y el desarrollo humano (pág. 10). Los redentoristas no debemos pasar por alto el gemido de los pobres. Debemos entregarnos por entero a la redención del hombre en su totalidad, a la justicia social y al desarrollo humano integral. Por lo tanto, debemos de “ser evangelizados por los pobres” a través de sus historias y experiencias de vida. A pesar de la adversidad a la que se enfrentan, nunca pierden la esperanza de encontrarse con sus seres queridos en la tierra prometida. En nuestras Constituciones, el deseo de San Alfonso se sigue realizando en cada contexto social. En particular, las Constituciones 4 y 5 señalan que: Entre los grupos humanos más necesitados de socorro espiritual, los redentoristas han de prestar atención especial a los pobres, a los de condición más humilde y a los oprimidos, cuya evangelización es signo de la llegada del Reino de Dios (cf. Lc. 4,18) y con quienes Cristo ha querido en cierto modo identificarse (cf. Mt. 25,40). La preferencia por las situaciones de necesidad pastoral o por la evangelización propiamente dicha y la opción por los pobres constituyen para la Congregación su misma razón de ser en la Iglesia y la contraseña de su fidelidad a la vocación recibida. Actualmente, los redentoristas estamos poniendo en práctica el nuevo lema del sexenio del gobierno general el cual dice que debemos ser “Misioneros de la Esperanza tras las huellas del Redentor”. Este lema, me invita a seguir los pasos de Jesús el Buen Samaritano (cf. Lc. 10,25-37), quién me desafía a ver, acercarme y cuidar del hermano migrante/inmigrante que vive en necesidad. Así como lo afirman los obispos de frontera y responsables de la movilidad humana de Norte, Centroamérica y el Caribe en su nueva carta pastoral LO VIO, SE ACERCÓ Y LO CUIDÓ – Caminando con personas migrantes, refugiadas, desplazadas internas y sobrevivientes de trata (2024): Inspirados en el ambiente sinodal de diálogo y escucha que ha suscitado el Espíritu Santo en nuestra Iglesia, considerando que y comprometidos con la propuesta eclesiológica y pastoral del magisterio del Papa Francisco, que nos invita a asumir el desafío pastoral de ser una Iglesia en salida, y que “la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en el Dios que se hizo pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza” (DA, 392), y queriendo reafirmar la opción preferencial por los pobres y excluidos, que debe atravesar toda la acción evangelizadora y toda la vida de la Iglesia… alzamos la voz para sumarnos a los esfuerzos pastorales que históricamente desde nuestros diferentes países se han venido realizando a favor de las personas migrantes, refugiadas, desplazadas internas y sobrevivientes de trata (pág. 2). El acompañamiento y servicio a los pobres se desarrolla de muy diversas maneras en los cinco continentes y en más de 78 países diferentes. Muchos redentoristas trabajan directamente en las grandes poblaciones suburbanas, con los pobres en el tercer mundo. Otros acompañan y sirven en las misiones populares y/o lugares de misión en las serranías del norte de Argentina, Bolivia y Perú al igual que en las tierras amazónicas de Bolivia, Brasil, Colombia y Perú. En las grandes ciudades los redentoristas trabajamos con los leprosos, drogadictos, enfermos, presos, pobres y en los campos de refugiados. La Casa del Migrante en Matamoros en el Estado de Tamaulipas, México, es una comunidad compartida entre los redentoristas de México y de los Estados Unidos en donde se brinda asistencia a los migrantes y refugiados con comida, alojamiento y trámites de migración. En aquel centro de refugio de San Antonio, Texas vi una opción preferencial por los pobres y más vulnerables reflejada a través de los actos de caridad y solidaridad del personal, misioneros redentoristas y personas de buena voluntad. Sin duda, los esfuerzos de estos buenos samaritanos son destellos del amor de Dios y de una ética de solidaridad, participación y esperanza que se da en el encuentro con el peregrino del camino. Esta experiencia de encuentro, servicio y fraternidad salvó mi vocación como sacerdote redentorista y me animó a ser un signo de esperanza y alegría para muchos adolescentes, jóvenes y personas migrantes/inmigrantes que tocan las puertas de nuestras parroquias, barrios y corazones. En Español Líderes de la Iglesia apoyan a los migrantes amenazados por los planes de deportación Dra. Emilce Cuda: ‘Lo que me enseñó el Papa Francisco es tener un corazón misericordioso’ Católicos se movilizan para ayudar a las víctimas de los incendios de Los Ángeles ¡La Epifanía! 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