Para Andy Middleton el colapso del puente Francis Scott Key el 26 de marzo de 2024 cambió algo más que el panorama urbano del puerto de Baltimore.
“Personalmente, cambió mi forma de orar”, dijo Middleton, director ejecutivo del ministerio del Apostolado del Mar de la Arquidiócesis de Baltimore en el puerto de Baltimore.
Seis trabajadores de la construcción murieron cuando un buque carguero sin energía golpeó el puente, provocando que casi toda la estructura de 2.5 kilómetros cayera al río Patapsco.
“Ya no me limito a rezar oraciones de acción de gracias y pedirle cosas a Dios”, dijo Middleton, un feligrés de 51 años de la Comunidad Católica del Sur de Baltimore en la iglesia Santa Cruz, en Federal Hill. “Ahora soy más consciente de rezar siempre por los demás”.

Middleton y sus voluntarios del Apostolado del Mar ya habían atendido a los marineros a bordo del Dali, el carguero que impactó contra el puente, antes de que el barco saliera del puerto. El ministerio ayuda a los marineros mercantes con sus necesidades personales cuando los barcos están en puerto, transportándolos para hacer recados, recoger artículos y ayudarlos con sus necesidades religiosas.
Tras el hundimiento, sus tareas aumentaron al ayudar a la tripulación del Dali, que quedó abandonada. Middleton y monseñor Adam J. Parker, obispo auxiliar de Baltimore, visitaron a la tripulación el 1º de mayo de 2024. El obispo Parker señaló que su visita era solo la segunda de agentes no gubernamentales. Ellos proporcionaron paquetes de ayuda y una misa fue celebrada para los miembros católicos de la tripulación.
“La profundidad de su fe era realmente evidente”, dijo el obispo Parker. “El momento más impactante de esa visita fue cuando traje la lista de los trabajadores de la carretera que murieron durante el accidente. Cuando puse esa lista sobre la mesa que estaba usando como altar improvisado, uno de los miembros de la tripulación del Dali se levantó y, de inmediato, miró esa lista y la quiso tener para poder seguir rezando por los que perdieron la vida”.
El ministerio de Middleton sigue atendiendo a algunos miembros de la tripulación del Dali que permanecen en Baltimore por asuntos legales en curso. Los ha llevado a eventos deportivos, los ha hospedado en su casa y les ha enseñado el fútbol americano.
“Andy ha sido sin duda un regalo del cielo para ellos”, dijo el obispo Parker.
Middleton señaló que a los hombres les gustaría irse a casa ya que algunos no han regresado por más de 18 meses.
“Se están manteniendo tan bien como puede esperarse”, dijo.
Middleton, casado, padre de seis hijos y abuelo de 17 nietos; dijo que aquel día hace un año “es algo borroso”.
“Desde que me desperté alrededor de la 1 de la madrugada hasta la misa de esa noche y mi última entrevista con CNN a las 10 de la noche, todo es confuso”, dijo.
El derrumbe aumentó la visibilidad del Apostolado del Mar, lo que provocó un notable aumento de las donaciones.
“Si hay algo bueno (en el derrumbe), es que resaltó nuestro ministerio y las dificultades de los marinos”, dijo Middleton. “Nuestro ministerio con los marinos siempre ha sido nuestro principal objetivo, pero el derrumbe nos hizo pensar más en todos los afectados por el derrumbe del puente. También hablamos a menudo de las familias que perdieron a sus seres queridos y no queremos que caigan en el olvido”.
El mayor impacto en el Apostolado del Mar ha sido el tráfico diario alrededor del puerto.
“Si tenemos que transportar a un marinero a Arundel Mills o Glen Burnie, nos enfrentamos a los mismos atascos de tráfico que los viajeros diarios”, dijo.
“Todavía parece surreal que el puente haya desaparecido”, añadió Middleton. “Es un shock que no esté allí. Después de haber crecido en Dundalk, me encuentro tomando una ruta familiar y diciéndome a mí mismo: ‘Vaya, realmente ha desaparecido’”.
Middleton dijo que el desastre le ayudó a convertirse en un mayor defensor de los marinos mercantes.
Después de trabajar “en casi todos los trabajos imaginables”, incluso como mecánico automotriz y agente de policía, ahora siente que ha encontrado su vocación en el Apostolado del Mar.
“Lo más gratificante es que puedo irme a la cama por la noche sintiendo que he marcado la diferencia, viviendo el Evangelio”, dijo.
George Matysek Jr. contribuyó a esta historia.
Para ver más fotos relacionadas con esta historia, haga clic en la presentación de diapositivas a continuación:
En Español
Copyright © 2025 Catholic Review Media