Una gran congregación asistió a un servicio de oración y vigilia el 8 de abril en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Highlandtown para acompañar a aquellos que perdieron a sus seres queridos en el colapso del puente Francis Scott Key el 26 de marzo, en el que perecieron seis trabajadores hispanos.
Durante el servicio de oración bilingüe, las banderas de México, El Salvador, Honduras y Guatemala, sus países de origen; permanecieron en el santuario junto a las banderas de la Santa Sede y de los Estados Unidos.

“Desde que ocurrió la tragedia, hemos visto cómo la familia de fe se ha unido de una manera hermosa. Ciertamente esta parroquia, Caridades Católicas, el Apostolado del Mar, los Caballeros de Colón están ofreciendo ayuda también”, dijo el arzobispo William E. Lori a The Catholic Review.
“Creo que no es sólo la ayuda material, es la ayuda espiritual. Es el acompañamiento, porque estas esposas, madres e hijos han perdido a sus esposos y padres de la forma más trágica y tenemos que rodearlos de amor”, dijo el arzobispo.
El padre redentorista Ako Walker, párroco de esta iglesia y quien ha estado acompañando a las familias golpeadas por esta pérdida inconmensurable, dijo que “tenemos que tener confianza y esperar conociendo la presencia de Jesús en todo esto. Hay preguntas e incertidumbre, pero tenemos la fe y la esperanza y sabemos perfectamente que Jesús nunca nos abandona, hay que caminar en nuestras vidas confiando en su presencia”.
Jóvenes y familias con niños acompañaron el solemne servicio al que asistió la Dra. Lora Hargrove, Directora de Relaciones Interreligiosas del Gobernador de Maryland, el demócrata Wes Moore. Hargrove recordó, uno por uno, los nombres de Miguel Luna, Maynor Yassir Suazo Sandoval, Dorlian Castillo Cabrera, José Mynor López, Carlos Hernández y Alejandro Hernández Fuentes. “Esta es una tremenda pérdida para las familias de sus seis seres queridos. No olvidaremos el impacto de sus vidas en sus propias familias, dentro de la comunidad hispana, en la comunidad de Baltimore en general y en el estado de Maryland. Alejandro,
José, Dorian, Miguel, Maynor y Carlos no serán olvidados”, afirmó.
“No sólo eran trabajadores, sino también esposos devotos, padres amorosos, hermanos cariñosos y tíos solidarios. Hemos venido esta noche a dar gracias a Dios por sus vidas, su amor y sus legados, que permanecerán eternamente en nuestros corazones”, dijo Hargrove.

Durante el servicio de oración las canciones interpretadas en inglés y español contrastaron con seis minutos de silencio en memoria de cada una de las víctimas de esta tragedia.
Al término del servicio de oración, el arzobispo Lori declaró que “una tragedia como la que ha vivido nuestra comunidad suele tener un doble efecto. En primer lugar, por supuesto, nos sentimos conmocionados y consternados, y luchamos por asimilar lo sucedido. Asumir la realidad de lo ocurrido puede causar interrogantes en nuestros corazones y ansiedad”.
“Pero una vez que eso empieza a asentarse, a menudo surge otro efecto. Nos unimos. La tragedia puede sacudirnos”, afirma. “Estamos acostumbrados a ver las cosas o a hacerlas. Puede hacer que tú y yo cambiemos nuestra mirada, ayudándonos a prestar atención a las cosas que realmente importan, impulsándonos a dejar de lado las pequeñas cosas que a menudo consumen nuestras vidas, moviendo nuestros corazones para ver las necesidades de los que sufren en medio de nosotros”.
“Cuando esto ocurre, vislumbramos cómo actúa la gracia de Dios en nuestro mundo, haciendo posible su redención incluso de los acontecimientos más terribles. Esto no nos quita el dolor, ni nos da la respuesta a todas nuestras preguntas. Pero sí nos llena de un sentido más profundo de esperanza. La luz no carece de sentido entonces, aunque ahora no podamos verla, e incluso a través del dolor que estamos atravesando”, dijo el arzobispo.
“Hoy es también un día en el que nosotros, como católicos, celebramos la Anunciación de la Santísima Virgen María, recordando un momento que cambiaría el curso de la historia de la humanidad. El momento en que la Palabra por la que todo fue hecho, Jesucristo, tomó carne en el seno de la Santísima Virgen María y vino a habitar entre nosotros. Esta noche se reúne una familia de fe, una familia de luto”, dijo el prelado.

Al concluir el servicio, dijo: “Dios está aquí con nosotros. Dios ha hecho morada entre nosotros, incluso en nuestra más profunda oscuridad. Dios está ahí para estar con nosotros, así que no tememos ningún mal porque Él está con nosotros. Y no sólo está con nosotros, sino que nos conoce de verdad. Nos ama”.
Después se dio inicio a la vigilia por las calles que rodean la iglesia. Los reunidos, cada uno con una vela encendida, hicieron seis paradas durante el recorrido para recordar a estos hombres de familia que perdieron la vida mientras hacían su trabajo. Carlos Sauzo Sandoval, hermano de Maynor Suazo Sandoval, uno de los trabajadores fallecidos en el derrumbe del puente Francis Scott Key, fue uno de los familiares que participaron y recibió el pésame de arzobispo Lori y Monseñor Bruce Lewandowski, C.Ss.R., Obispo Auxiliar de Baltimore.
La peregrinación estuvo encabezada por varios voluntarios que cargaban en hombros una plataforma con seis cruces de madera cubiertas con chalecos reflectivos, con la bandera del país de origen y sus nombres delante de cada cruz.
La música religiosa que llenaba el ambiente y el paso de los peregrinos caminando con sus velas encendidas atraían a los vecinos a sus puertas y ventanas para observar la vigilia.
Delmy Ramos es una católica que participó en el servicio de oración y en la vigilia. “Ha sido muy triste porque vivimos a tres cuadras del puente y fue muy triste para nosotros. Sentimos el colapso del puente, pero sobre todo a los que murieron ahí… Los hispanos estamos acompañando a las familias dolientes y rezando también por ellos, porque murieron arreglando el puente para que nosotros pudiéramos pasar seguros. Que Dios los reciba con sus brazos abiertos”, dijo Ramos.
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